miércoles, 17 de julio de 2013

OPTIMIZA TU CAPACIDAD CEREBRAL, MINIMIZA TU ESTRÉS

En una entrevista que concedió el Dr. Herbert Benson  (uno de los cientificos de la medicina occidental cuyo trabajo ha servido como puente entre la medicina y la espiritualidad, Oriente y Occidente, la mente y el cuerpo, la fé y la ciencia), comentó que en la actualidad, la mayoría de la gente considera algo extraordinario gozar de un estado mental relajado, cuando en realidad, eso debería ser lo normal.
Dijo: "El estado mental que debemos tener normalmente, no es tenso, sino relajado, creativo, intuitivo, vibrante e inteligente. Es casi mágico. Por eso, a la mente totalmente relajada, yo la llamo la mente mágica."
Así que, conseguir ese estado de mente mágica en mi y en cada una de las personas que entran en mi vida, es uno de mis objetivos profesionales principales.
Y, ¿cómo podemos hacer ésta "magia"  optimizando así nuestra capacidad cerebral? Manteniendo a raya, bajo control, el estrés. 
Mucho hemos hablado ya sobre la importancia de utilizar la terapia nutricional para protegernos del estrés y para compensar los daños que causa, a través de la correcta nutrición. Esto equivale a usar una estrategia para hacer que la materia ejerza poder sobre la mente.
Ahora, sin embargo, veremos la manera de detener los efectos físicos del estrés con técnicas mentales. Aprenderemos cómo la mente puede ejercer su poder sobre la materia.
Una vida espiritual plena, es ideal. Milagrosa. Pero aquí hablaremos de tres técnicas desactivadoras del estrés:
  • Control o dominio.
  • Sistema de apoyo.
  • Liberación
Control: Una de las maneras más eficaces de no perder la sensación de que sujetamos con fuerzas las riendas de nuestra vida es simplemente saber cuando se ha perdido el control sin caer en el extremo de estar pensando en forma derrotista: Sacar de la mente pensamientos del tipo de: "Nadie me ama", "Jamás alcanzaré mis metas", etc. etc. O, el creer que siempre hay que ceder para llevarse bien con los demás. O el perfeccionismo de pensar que  lo puedes controlar todo. Aprende a valorar el control que ya tienes y no te obsesiones por pequeñas cosas. Al fin y al cabo, una vida totalmente controlada no te ofrecería la más mínima sorpresa ni el más pequeño desafío.
Llevar el control de tu vida puede ser más fácil si haces una lista de objetivos: una para los del año, otra para el mes y la última para el día siguiente. Pon tu atención en la del día de mañana; enfrenta primero las tareas más difíciles; has las cosas realmente necesarias y no te detengas en los detalles. Esfuérzate por obtener lo mejor, pero comprende que la perfección es imposible. No olvides nunca que hay un objetivo que deberá ocupar el primer lugar de tus listas: SER FELIZ.
Sistema de apoyo: Si cuentas con familiares y amigos recuerda que están allí para ofrecerte su hombro para llorar y así podrás aguantar importantes factores estresantes sin interiorizarlos como estrés. Pero, numerosos estudios han demostrado que compartir la angustia, temor, ansiedad o ira, generadoras de estrés a un desconocido o a una mascota, también es valioso.Como dice el viejo refrán: " Para tener un amigo hay que ser amigo". Sin embargo, las investigaciones demuestran que aunque el amor no sea correspondido también reduce el estrés. Así que ama a los demás.....es por tu bien.
La liberación: Si no logras evitar que el factor estresante produzca estrés lo mejor que se puede hacer es liberar el estrés que se siente, utilizando  las siguientes maneras: 
  • Actividad física: "quemar" el estrés es la manera  más eficaz para devolver al cuerpo su estado de reposo normal y relajado.
  • Desahogo verbal: hablar, gritar, chillar es probablemente la manera más común de liberar el estrés.
  • Desplazamiento: "hacerse el de la vista gorda", "hacerse el loco" o cambiar el tema de los pensamientos o la actividad es una manera que, aunque pueda parecer artificial, es muy eficaz para liberar el estrés.
La vida está llena de factores estresantes. Pero eres tu quien decide si te dejas afectar por el estrés. 
Una vez le preguntaron a Mahatma Gandhi: "Lleva cincuenta años trabajando quince horas diarias. ¿No cree que ha llegado el momento de que se tome unas vacaciones?" Y él contesto:"Siempre estoy de vacaciones".




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