DETENER LA DEMENCIA

"Corazón alegre hace buen cuerpo", Proverbios 17:22
"Cuanto bien puedas hacer hazlo alegremente", Eclesiastes 9:10
Una noticia que nos gustaría no haber recibido: Tía Dora, la tercera entre cinco hermanas (y dos hombres, los hijos de la familia Obando Gutiérrez), está presentando los primeros síntomas de Alzheimer. Se suma a la tía Anita (fallecida) y a mamá Gilma en ésta dolencia y aumenta el nivel de nuestra alerta: mayor esfuerzo por prevenir entre los que no la sufrimos y por detener el deterioro entre los que ya la padecen.

Así que, adelante con nuestra tarea de difundir no solo conocimientos sino y principalmente, esperanza.

En nuestro ejercicio de dar a conocer el Plan de Acción que promueve el “Centro de Investigaciones de Nutrición y Envejecimiento”, del cual ya hablamos en entregas anteriores, les comentaré acerca de otro aminoácido que traen los complementos alimenticios que recomiendo  y que es básico para lograr nuestros objetivos: la L-Taurina.

Se encuentra en grandes concentraciones en los músculos del corazón, el cerebro, las células blancas, en los huesos y en el sistema nervioso. La Taurina protege las membranas celulares contra la destrucción de los radicales libres, de cuyo efecto dañino asociado a las enfermedades y al envejecimiento acelerado ya habíamos dado información en anterior entrega de éste blog.

La L-Taurina también reduce la presión arterial alta y mejora el tono de los músculos del corazón. Ayuda a evitar o reducir problemas de hipoglucemia (bajos niveles de azúcar en sangre) y de arterioesclerosis (endurecimiento de las arterias, lo cual provoca mala circulación).

Es un elemento muy importante en el proceso de digerir las grasas y a controlar el nivel del colesterol. La deficiencia de taurina se encuentra en personas con epilepsia, ansiedad, hiperactividad y mal funcionamiento del cerebro, como en el caso del Alzheimer, Parkinson y otro tipo de demencias. Está comprobado que los complementos que aportan Taurina reducen las convulsiones en personas con epilepsia. Este aminoácido, precursor de las proteínas, se encuentra en la leche materna, pero no en la leche de vaca.

Si se recibe un complemento alimenticio, que también nos aporte Colina y Glicina, nuestra salud general y la del cerebro en particular estaran bien protegidas.

La L- Glicina retarda la degeneración de los músculos (y recordemos que el músculo vital es nuestro corazón). Es necesaria también para el buen funcionamiento del sistema nervioso y de la próstata. Evita y disminuye la intensidad de los ataques epilépticos. Sirve contra la depresión  y el sistema inmunológico, responsable de protegernos de virus y bacterias, la utiliza para sintetizar aminoácidos. Ayuda a producir energía.

La proteína es la estructura básica de toda forma de vida y está compuesta de aminoácidos. El hígado produce la gran mayoría de los aminoácidos que necesitamos (por eso hay que cuidarlo mucho), pero algunos, llamados aminoácidos esenciales no los produce nuestro organismo, por lo cual debemos buscarlos en la comida y en el aporte de los complementos alimenticios, como son: la carnitina, cisteína, lisina, taurina y arginina, encargados de reducir la grasa corporal o el colesterol en la sangre. O los que producen neurotransmisores (la fenilalanina) y los que liberan la hormona del crecimiento, como la arginina de la cual ya estuvimos hablando en la entrega anterior.

Como si fuera poco, además de sus funciones como constructores de proteínas, los aminoácidos también les permiten a las vitaminas y minerales realizar sus propias funciones de forma correcta.

Tomemos en serio ésta información, pero no nos tomemos nosotros en serio: riamos de nosotros mismos y de las muchas cosas agradables de la vida. Regalemos a cada persona que encontremos a nuestro paso una sonrisa y nos estaremos haciendo nosotros mismos una gran regalo. La risa, remedio infalible, repite una muy popular revista. Así que hagámoslo, ojala a carcajadas…es uno de los mejores ejercicios físicos y mentales y trae consigo lo que llamamos: “buena vibra”.