Es importante
escuchar los aportes que nos ofrece hoy David Díes Sánchez, director de la
entidad “Fundación Neuronilla para la Creatividad y la Innovación”, quien en
reciente entrevista preguntó al experto en creatividad Mihaly
Csikszentmihalyi (comunicación personas, 2009) sobre la relación entre emociones
y creatividad y esto fue lo que contestó: “Las emociones son importantes para
todo. (...) Creo que realmente importan para la Creatividad, pero incluso para
entender intelectualmente algo necesitas estar emocionalmente involucrado, y en
la Creatividad aún más porque si a ti realmente no te importa de alguna forma,
no estás emocionalmente en lo que haces, pararás de hacerlo cuando llegues a
los límites del conocimiento, a sus fronteras, simplemente pararás y dirás «Ok,
ya hice lo que tenía que hacer, por qué voy a tener que hacer más…». La gente
que realmente está interesada en lo que está haciendo es quien va más allá.”
Pero,
cuando también lo hizo a la inversa y preguntó al especialista en emociones
Leslie Greenberg (2009) sobre la relación con la creatividad, estas fueron
algunas de sus palabras: “Creo que las emociones influencian las ideas en
cuanto que mis sentimientos ahora están influenciando lo que pienso. Quiero
decir, las emociones son obviamente muy importantes en la motivación. Necesitas
la emoción para llevar a cabo tareas y actuar con las ideas, pero pienso
incluso que las propias ideas en sí, están influenciadas por las emociones que
tenemos. (...) Para ser creativo debes reducir tu ansiedad y tu miedo, estar
seguro y prestar atención a tus sensaciones corporales e intentar concentrarte
en ello, en vez de a procesos racionales”.
Revisando
bibliografía también encontró que, aunque frecuentemente haya estado
descuidada, la dimensión emocional es de vital importancia en la empresa.
“El
éxito se basa en abandonar la noción de que las personas son criaturas
racionales”, afirman Kjell A Nordström y Jonas Riddestråle (2008), los
revolucionarios del management con la famosa saga “Funky Business” quienes tienen
menos pudor que pelos en sus cabezas para apostar por una “empresa emocional”.
Y añaden: “Todos sabemos que los individuos contentos trabajan mejor, pero
¿Cuántas empresas incluyen palabras como «diversión» o «felicidad» en su
planteamiento o en su declaración de objetivos? Recuerde que uno de los mejores
indicadores del rendimiento de una empresa es el promedio de veces que se ríe
un empleado cada día” (Nordström y Riddestråle, 2008).
Daniel
Goleman, autor del best-seller “Inteligencia Emocional”, afirma junto con
Richard Boyatzis y Annie McKee en “El líder resonante crea más” (2002) que “el
éxito de una empresa está ligado directamente al estado de ánimo de sus
líderes” y que “a pesar del gran valor que la cultura empresarial suele
conceder al intelecto frío y despojado de emoción, nuestras emociones siguen
siendo más decisivas que nuestro intelecto”.
Franc
Ponti (2006), uno de los autores más representativos sobre innovación
empresarial en España, nos dice: “alegrar la mente, es una de las claves más
esenciales del trabajo creativo. Sin alegría, sin optimismo, no hay fuerza
creativa. Y eso hay que recordarlo cada día de nuestra apasionante
existencia…”.
Desde
la psicología, quizá quien más claro lo deja es Teresa Amabile (1983), que en
su “Modelo Componencial” señala tres componentes básicos de la creatividad:
•
Destrezas relevantes para el campo (es decir, dominar aquello sobre lo que
somos profesionales).
•
Destrezas relevantes para la creatividad (capacitaciones en estrategias).
•
Motivación por la tarea, añadiendo que este es el factor más importante.
Risa,
alegría, bebidas inteligentes, son motivadores claves. En eso siempre tuvo razón la famosa revista: "La
risa..... remedio infalible”
"La sonrisa", por Charles
Chaplin.
Una sonrisa cuesta poco y
produce mucho.
No empobrece a quien la da y
enriquece a quien la recibe.
Dura sólo un instante y perdura
en el recuerdo eternamente.
Es la señal externa de la
amistad profunda.
Nadie hay tan rico que pueda
vivir sin ella.
Nadie tan pobre que no la
merezca.
Una sonrisa alivia el
cansancio, renueva las fuerzas.
Y es consuelo en la tristeza.
Una sonrisa tiene valor desde
el comienzo que se da.
Si crees que a ti la sonrisa no
te importa nada,
Se generoso y da la tuya,
Porque nadie tiene tanta
necesidad de la sonrisa,
Como quien no sabe sonreír.
Así lo dice también una expresión popular que me enseñó uno de mis compadres mexicanos: "Nadie es responsable de la cara que tiene, pero si de la jeta que pone"
Ja, Ja, Ja, Ja, Ja.
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