martes, 28 de junio de 2011

LA ESCALA DEL DETERIORO CEREBRAL

Mamá Gilma tuvo un accidente y resulto con una herida en la cabeza, en la cual tuvieron que colocarle 15 puntos de sutura. Fue solo un instante en que quedó sola y perdió el equilibrio (problemas en el encéfalo y cerebelo). La buena nueva es que no hubo ningún traumatismo más grave y que en el curso de estos días que han pasado desde el accidente, la herida ha cerrado y cicatrizado muy bien. Esto último refuerza nuestras esperanzas: el cuerpo de la mami tiene aún la capacidad de regenerarse, de producir nuevas células (en éste caso de la piel).
La médica que la examinó (al ver su tomografía), le dijo a mi hermana Ana María, que el cerebro de mamá estaba en muy mal estado, que era cuestión de tener paciencia y esperar…claro, lo peor. La escuchamos, pero nos preguntamos, ¿por qué no seguir insistiendo en trabajar para nutrir, ejercitar y fortalecer su cerebro?¿Por qué no podemos aceptar lo que ya se testimonia en múltiples casos similares: toda célula de un órgano del cuerpo humano, que esté viva, tiene la capacidad de regenerarse y reconstruirse, siempre y cuando sea sometido a un proceso de desintoxicación y de nutrición celular, en el aspecto físico; de amor, cuidado y re-entrenamiento terapéutico en el plano emocional y mental?  En ocasiones olvidamos que el cerebro es un órgano (¿será que lo confundimos con la mente?), que requiere una fuente de nutrición de calidad que le dé la energía necesaria para su correcto funcionamiento.
En la familia empezamos a reaccionar. Nuestro primo Carlos Obando nos alienta a seguir escribiendo. Nuestra sobrina Ana María Orduz nos recuerda aspectos interesantes de lo vivido en su proceso degenerativo por la tía Anita. María Ximena nos apoya con su conocimiento en el desarrollo del blog y María Alejandra hace un comentario que nos aporta conocimiento sobre los signos o señales que debemos tener en cuenta y que nos indicarían que YA estamos afectados. Natalia y Ana María, dos de las hijas de mamá Gilma, quienes han estado más cerca de ella pues viven en la misma ciudad (Bucaramanga, Santander, Colombia), y el tío Adolfo, Blanquita su esposa y Gilma Cecilia quienes asistieron a la tía Anita, saben que estos indicadores son ciertos.
He leído bastante sobre el tema. He conocido muchos casos, algunos de los cuales (en donde se ha asumido la enfermedad como un reto a superar), han tenido un proceso muy positivo. Es esto lo que me anima y me da esperanzas sobre trabajar por obtener una mejoría o, como mínimo, evitar un mayor deterioro en mi mamá.
El Dr. Singh Khalsa, especialista en gerontología y medicina anti envejecimiento resume así el problema: Definida con palabras muy sencillas, la enfermedad de Alzheimer es un trastorno mental caracterizado por la muerte de muchísimas neuronas. Basándome en mis investigaciones y trabajos clínicos, he llegado a la conclusión de que la producción excesiva de cortisol es una de las principales causas de la muerte de esas células. Las otras causas al parecer son: factores genéticos, medioambientales y metabólicos, así como la disminución del riego sanguíneo en el cerebro.
Aún no somos capaces de influir fácilmente en las causas genéticas que provocan la muerte de las neuronas, pero en los otros factores SI.
Así pues, en mi opinión, muchas de las principales causas de la enfermedad de Alzheimer y del deterioro de la memoria que acompaña a la edad se pueden evitar y corregir.”
Ahora bien. El asunto es que se trata de una enfermedad degenerativa que va agudizando, con el paso del tiempo, los problemas de salud de quien la sufre. Veamos cómo se desarrolla (información extraída de los sitios de la Alzheimer Association y de la U.S. Office of Alternative Medicine) :
LA ESCALA DEL DETERIORO CEREBRAL: ideada por el Dr. Barry Reisberg, de la Facultad de Medicina de la Universidad de New York, es la que utilizan los neurólogos para evaluar el nivel de deterioro cerebral:
FASE
CARACTERISTICAS
DIAGNOSTICO
DURACION
1
Ningún deterioro de memoria
Normal.
-
2
Olvidar nombres de colegas o socios. Olvidar el lugar donde se dejan objetos corrientes.
Deterioro de memoria que acompaña a la edad.
-
3
Menor retención del material escrito; olvidar el lugar donde se guardan objetos valiosos; disminución de la concentración; olvido, acompañado de ansiedad;
Trastorno neurocognitivo leve.
7 años
4
Menor conocimiento de acontecimientos actuales; menor capacidad para viajar, llevar los asuntos económicos, realizar tareas complejas; falta de emoción.
Enfermedad de Alzheimer leve.
2 años
5
Incapacidad para recordar acontecimientos importantes de la vida diaria; desorientación moderada con respecto al tiempo; olvidar algunos nombres de los miembros de la familia.
Enfermedad de Alzheimer moderada.
18 meses
6
Olvidar el nombre del cónyuge y acontecimientos muy recientes; necesitar ayuda para desenvolverse en las actividades cotidianas; comportamiento ilusorio o paranoico; ansiedad y agitación; incontinencia urinaria y fecal.
Enfermedad de Alzheimer moderadamente grave.
2 años
7
En orden cronológico: pérdida del habla; pérdida de la capacidad de caminar; pérdida de la capacidad de sentarse; pérdida de la capacidad de sonreír.
Enfermedad de Alzheimer grave.
7 a 10 años.

¿Terrible, verdad? Pero hay una luz de esperanza: en su libro “Rejuvenece tu cerebro”, Ediciones  Urano, 1998, el Dr. Singh Khalsa habla de su experiencia exitosa con miles de pacientes y asegura algo que podemos corroborar con testimonios de gentes que han aceptado tratarse con los complementos alimenticios que yo uso desde hace once años y recomiendo a todo quien me quiera escuchar: “…estoy convencido de que ningún medicamento por si solo curará jamás esta enfermedad, detendrá el deterioro que acompaña la edad ni generará un funcionamiento mental óptimo. La única manera eficaz que he encontrado de combatir todas éstas dolencias, es aplicar un programa de tratamiento multifactorial, en el que se combinan la terapia alimentaria con la toma de suplementos de vitaminas, minerales y oligoelementos específicos; ejercicios cardiovasculares y mentales; ejercicios de respiración profunda, control del estrés y la administración de ciertos medicamentos farmacéuticos”
En palabras simples: comida sana y a tiempo (frutas, verduras y cereales; mínimo consumo de grasas), evitar el estrés, hacer ejercicio físico (caminar, nadar, bailar), ejercicio mental: lecturas, juegos de mesa, platicar y evitar la soledad. Además, una buena complementación de vitaminas, minerales y aminoácidos (precursores de las proteínas).

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