viernes, 23 de diciembre de 2011

LAS HORMONAS DE LA FELICIDAD

A todos nos causa curiosidad saber cómo es que los seres humanos - en cualquier parte del mundo donde vivamos – experimentamos en forma muy similar felicidad, tristeza, afecto o agresividad, a pesar de nuestras diferencias, y queremos conocer de qué manera se da este proceso. Pues bien, la ciencia ha encontrado respuesta a tal enigma, la que para algunas personas lucirá poco romántica, aunque es fascinante: los pensamientos y los sentimientos se originan a través de sustancias químicas y pequeñas descargas eléctricas en el cerebro. En efecto, desde la primera mitad del siglo XX se han realizado investigaciones gracias a las cuales ahora conocemos la existencia de centros de placer o dolor que se activan a través de impulsos nerviosos -eléctricos y hormonas, de modo que fenómenos tan distintos como amor, odio, euforia, melancolía, deseo sexual, apetencia por el alcohol, agresividad y sumisión son resultado de la actividad en alguna conexión (sinapsis) de la compleja red de neuronas en la masa encefálica. Hoy día sabemos que existen tres familias de endorfinas, también llamadas péptidos opioides, cuya producción es regulada por la glándula hipófisis: encefalinas, dinorfinas y ß-endorfina, siendo este último grupo el de más importancia clínica debido a su gran potencial analgésico (de manera natural el cuerpo humano las produce de forma más intensa cuando sufrimos dolor). A ésta serie de sustancias responsables de las sensaciones satisfactorias - a las que debido a su parecido con la morfina se nombró endorfinas (morfinas endógenas) - se les conoce como hormonas del bienestar o de la felicidad.
Las endorfinas tienen funciones esenciales para la salud: >Crean un estado de bienestar. >Promueven la calma. > Mejoran el humor. > Reducen el dolor. > Retrasan el proceso de envejecimiento. > Potencian las funciones del sistema inmunitario. > Reducen la presión sanguínea. > Contrarrestan los niveles elevados de adrenalina asociados a la ansiedad, causante de adicciones. ¡Nuestro cuerpo produce endorfinas en forma natural, nos dan alegría y salud….y son gratis! Pero es nuestra responsabilidad hacer las cosas bien para mantener en óptimo estado nuestra producción de endorfinas. Hay que tener en cuenta, que nuestro organismo libera pequeñas dosis de endorfinas las que a su vez, en poco tiempo, son eliminadas por unas enzimas, también elaboradas por nuestro cuerpo. Esto se debe a que si las endorfinas circularan libremente por nuestro cuerpo, no sentiríamos el dolor y esta es la única manera de darnos cuenta que existe algún problema físico; tampoco podríamos valorar la felicidad. ¿Cómo podemos mejorar nuestra producción de las moléculas de la felicidad? 

  1. Las comidas: Disfrutando del color, la textura, el aroma, el sabor de la buena cocina y dándonos el tiempo suficiente para degustarla, estimulamos varios sentidos de nuestro cuerpo, lo cual produce una experiencia sensorial que desarrolla la producción de endorfinas. Debemos eliminar la prisa al comer, la gula y la comida chatarra. La leche materna no sólo incluye todos los nutrientes que un bebé necesita durante los primeros seis meses de vida (proteínas, vitaminas, hierro, calcio, fósforo y lípidos), sino que también contiene endorfinas para que el pequeño se sienta feliz y elimine el dolor. ¿Requerimos más prueba que el gesto de un lactante mientras se alimenta? Aunque las hormonas del bienestar no se incluyen en alimento alguno – a excepción de la leche materna - se sabe que una nutrición deficiente es causa de desequilibrios químicos que se traducen en cambios anímicos desfavorables; en cambio, el consumo razonable de aminoácidos, minerales y carbohidratos ayuda a mantener buen sentido del humor. Numerosos estudios realizados sobre miles de personas comprueban que al equilibrar su alimentación mejoraban su estado de ánimo. Los cambios fueron más positivos cuando se aumentó el consumo de verduras, frutas frescas y cereales integrales, a la vez que se disminuyó la cantidad de carbohidratos refinados (pan blanco, azúcar), postres muy dulces, grasas y aditivos químicos. Muchas personas sostienen, y puedo asegurarlo en mi caso personal, que no hay nada tan placentero como acompañar los momentos de trabajo, esparcimiento o convivencia con una taza de buen café y que su efecto casi sensual se prolonga por más tiempo. Esta apreciación no es exagerada: hora y media después de haber consumido dos tazas de café, el nivel de las hormonas de la felicidad se mantiene sensiblemente alto. 
  2. La música: Escuchando música logramos penetrar en una experiencia sensorial tan grande, que ésta influye enormemente en nuestro estado de ánimo. Para aumentar la producción de endorfinas debemos crear un ambiente placentero, eligiendo la música que más nos relaje o que más nos guste, que nos haga vibrar. 
  3.   Los ejercicios físicos: De ser posible realizados al aire libre; la mejor manera de disfrutar de ellos es nadando, corriendo, caminando o andando en bicicleta y bailando por que se une ejercicio, música y contacto físico. Estos ejercicios ayudan a eliminar la depresión y es la mejor y más rápida manera de elevar las endorfinas. 
  4.   La risa: Es un excelente estimulante del cuerpo tanto físico como emocional, mejora la respiración y libera tensiones. Hay que procurar recuperar el buen humor, rescatando la capacidad de reír y la buena predisposición. Una carcajada provoca la segregación de diversas sustancias a nivel cerebral, como adrenalina, (vinculada a la creatividad e imaginación), dopamina (que estimula la agilidad mental) y serotonina (químico de efectos calmantes que disminuye el hambre y la ansiedad); empero, la producción más intensa que se presenta es de endorfinas. 
  5. Las ilusiones sanas: Se trata de poder disfrutar del futuro, despegándose del pasado y de las cosas malas que nos suceden en el presente. Sobreponernos a las cosas adversas teniendo proyectos esperanzadores y soñando con cosas posibles de concretar. Si mantenemos las ilusiones y las expectativas reales lograremos mantener el buen humor y nos será más fácil comenzar cada día. 
  6. Un hobby: Cuando sentimos que nuestras reservas de endorfinas se están acabando, recurrir a una actividad que nos gusta es la solución. Al desarrollar esa labor que nos da placer logramos inmediatamente elevar el nivel de endorfinas. 
  7.   El recuerdo de sucesos felices: Rememorando momentos felices del pasado (releer antiguas cartas, mirar viejas fotos, música del recuerdo), nuestro cerebro los experimenta y los revive como si estuvieran pasando nuevamente, y es justo aquí cuando recuperamos la alegría y comienzan a liberase nuevas endorfinas. 
  8.   El contacto físico con los otros: Aumentamos el nivel de producción hormonal cuando tenemos contacto físico con quien nos aprecia y quiere; la relación sexual con la persona amada además de ser un excelente ejercicio físico literalmente nos “acerca al cielo”. Nuestro cerebro aumenta la producción de endorfinas cuando las terminaciones nerviosas de nuestro cuerpo se estimulan al sentir cerca otro cuerpo. ¡No deje pasar un día sin dar muchos abrazos!!! Escucha aquí una canción que te compartirá “Un abrazo apretao” 
  9. La vida diaria: La monotonía, el aburrimiento, la rutina, hacen que nuestro organismo comience disminuir el nivel de producción de endorfinas. Para mantener la estabilidad en esta producción es necesario mantener la curiosidad y el interés por variados temas. La gran fuente de la felicidad está en observar y sorprenderse con las pequeñas cosas de la vida. 
  10. Los aromas de la vida: Los olores tienen un gran efecto inconsciente en el estado de ánimo y en los recuerdos. Nuestro cuerpo elabora endorfinas cuando el sentido del olfato se halla estimulado por aromas que nos resultan agradables: pan saliendo del horno, aroma de café, olor de sábanas limpias…… Los enamorados acertaron al elegir el regalo: tener rosas o lirios cerca de la cama aumenta la sensación de bienestar debido a que estos vegetales contienen feniletilamina, sustancia aromática que estimula la liberación de opioides (endorfinas). Como pueden observar de lo anterior, la variable hereditaria es innegable, pero ¡el modo de vida es fundamental cuando se trata de detener o impedir que el Alzheimer nos alcance! Feliz Navidad!! JO JO JO JO

No hay comentarios:

Publicar un comentario