jueves, 7 de julio de 2011

EL CUIDADO DE NUESTRO PACIENTE

Después de más de diez años de ver deteriorarse a mamá Gilma, éste lunes pasado en una reunión de hermanos que logramos hacer vía internet (ya que la familia se encuentra regada por el mundo), tomamos una determinación difícil y dolorosa pero necesaria: llevaremos a nuestra querida paciente a una casa de cuidadores para personas de tercera edad.
Y es que a pesar de haber tenido siete hijos, ninguno de nosotros ha estado a su lado en forma permanente durante los últimos años. La Sra. Gilma, como su hermana menor Anita, fueron mujeres de avanzada para su época. Estudiaron una profesión y la ejercieron exitosamente. La tía Anita emigró a USA y allí estuvo trabajando unos años. A su regreso fue asistente ejecutiva de una prestigiosa firma de abogados hasta el momento de su retiro. Nunca se casó, así que vivió mucho tiempo sola hasta que resultó diagnosticada como paciente de Alzheimer. Estuvo al cuidado de personal especializado, pero al final, y aún muy joven, murió de cáncer de seno no detectado a tiempo.
Mamá Gilma fue maestra. En la memoria de miles de alumnas sé que se mantiene su recuerdo. Simultáneamente con su trabajo, nos crió a sus siete hijos, con el apoyo decidido de nuestro papá Alejandro, hasta que un aneurisma acabó con su vida a la temprana edad de 58 años. Mamá Gilma fue pensionada y jubilada y terminó retirada, viviendo sola dado que todos sus hijos abrimos nuestras casas.
Las dos han sido mujeres con estudios, desempeñándose con éxito en su trabajo profesional y atendiendo el cuidado de su casa; de carácter fuerte, decididas, con independencia económica, tomando sus propias decisiones. El sistema las jubiló y fueron retiradas de su trabajo. De pronto, no había mucho que hacer. Ver pasar los días. Con muy contadas amistades. ¿Su proyecto de vida terminó allí? ¿Es la soledad continuada un factor estresante demasiado fuerte? Mamá Gilma fue operada de un quiste pre-canceroso en un seno y su salud general, sigue siendo bastante buena……de no ser por el Alzheimer, en el cual lleva ya un proceso de cerca de 12 años.

¿Cuál es la mejor manera de dar el cuidado necesario a un enfermo? No hay dos personas que experimenten la enfermedad de Alzheimer de la misma forma. Como resultado, no hay sólo una técnica para el cuidador. Nuestra hermana Gilma Cecilia, quien es profesional en gerontología y atendió hasta el fin a la tía Anita, nos recomendó buscar asistencia profesional.  Son muchas las responsabilidades del cuidador y van cambiando conforme va progresando la enfermedad.
Martha, Ana María y Natalia, sus otras hijas, saben en su propia experiencia que cuidar a un ser amado puede ser una tarea de mucha satisfacción pero a la vez, puede ser una responsabilidad que demande mucho. No debe pensarse que usted tiene que hacer esto solo. El cuidador  debe buscar apoyo de familiares y amigos para salir adelante lo mejor posible. De allí surge la iniciativa de buscarle una casa de cuidados, en donde además de poder visitarla para compartir nuestro amor con ella, sepamos que hay cuidado respetuoso por su persona y que podemos continuar haciendo un esfuerzo adicional. Hemos experimentado personalmente el beneficio de los antioxidantes y estamos convencidos de que podemos hacer aún mucho por mejorar la condición de salud de nuestra madre, así que simultáneamente con los cuidados normales para estos casos, estamos suministrándole complementos alimenticios de última tecnología. ¿Es ya tarde?  ¿Debemos perder la esperanza?  Nuestra opinión compartida es ¡NO! Trataremos de hacer todo lo que esté a nuestro alcance. Por ella. Por nosotros mismos, nuestros hijos e hijas, nietos y nietas. Por los seres humanos a quienes podamos ayudar.
Y tù? Ya estàs practicando SUDOKU?

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